Ver + fotos domingo, 13 diciembre 2009

Hoy era un día importante para los biciocios. Algunos estrenaban equipación, lográbamos batir nuestro propio record de asistencia, 12 biciocios juntos, y lo más importante, celebrábamos un cumpleaños; en este caso el de Kike. El homenajeado había prometido invitarnos al final de la jornada con “algo de picar”.

El punto de reunión era uno de los habituales, la ya famosa “GPC”. Allí empezamos a llegar unos y otros. Bueno, lo de llegar es un decir, porque el amigo Huerfa en vez de llegar, aterrizó, Tal era el ímpetu con el que pretendió saludarnos. Prácticamente sin frenar, ya se estaba bajando a la vez para saludarnos. Y claro… ¡¡¡cataplof!!! Estreno de suelo y chubasquero. Casi lo raja el primer día. ¡¡¡Si es que van como locos…!!!, jajajajaja. Luego se produciría alguna caída más en el grupo. Lo que no recuerdo ahora es quién fue ¿O fue el mismo?, jajajaja. Buen rollito, ¿eh, Huerfa?

Esperamos un poco más a los que venían de Arganda y ya los doce juntos emprendimos la marcha hacia el río por los nuevos parques.

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Ya lo sabéis, gente de spinning y “gentecilla” de biciocio hoy celebraremos la llegada de la Navidad y que tenemos salud para ir al gimnasio y salir a pedalear por el campo ¡¡¡Casi ná!!! Será un placer, como siempre, estar con vosotr@s

Os dejo aquí la dirección del lugar:

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A petición del “damnificado” y para que todos podáis admirar tan tremendo regalo, aquí os dejo el par de fotos que me ha enviado. ¡Uy, qué pareado más tonto!

Que la disfrutes, campeón. ¡Al final, vas a tener más OCIO que BICI!, jajajajaja

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Eran las diez de la mañana cuando sonaba el telefonillo de casa y al otro lado Antonio solicitando mi presencia en orden de combate para la salida del día; aunque habíamos quedado el día anterior no creía yo que saldríamos.

A juzgar de cómo había amanecido la mañana, con mucha niebla y chispeando. Pero me equivoqué, fiel a su palabra, como siempre, allí estaba Antonio esperándome para dar una vuelta.

Esta vez con monturas diferentes a las de costumbre, dos maravillosas bicicletas de carretera que serían hoy nuestras compañeras. En mi caso era un préstamo de mi también amigo y vecino, Pedro.

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