Riaza B-Pro

La aventura comienza a las 6:50 de la mañana, hora de quedada para partir rumbo a la salida en el Rasero (Riaza).

Camino largo de 144 km y alguno dando el coñazo todo el camino que necesitaba un café. Llegada a Riaza a las 9:00 aprox.

Aprovechando que todavía nos quedaba tiempo para la salida, decidimos tomar el ansiado café, tardamos algo en encontrar el bar pero al fin llego el café. Después del cafecito, a preparar las bicis, que estábamos a punto de empezar.

Ya empezábamos mal la ruta saliendo los últimos pero no pasaba nada, ya recuperaríamos. O eso pensábamos al principio…

Al comienzo, más o menos todo bien, mucha gente pero se andaba con tranquilidad. Al poco, el camino se estrechaba más y cada vez se hacía más dificultoso rodar. Pero no pasaba nada, el entorno era espectacular y aunque fuéramos despacito, así disfrutábamos más del paisaje.

Hasta ahí bien, hasta que en un punto del camino nos detuvimos del todo. El camino se volvía sendero y claro, no cabíamos todos, ja, ja, ja, ja.

Antes de coronar la primera ascensión al Mirador de Peñas Llanas (Km18), tuvimos el primer percance: nuestro amigo Duke se fue al suelo en una zona técnica con muchas piedras Aquí se hizo daño pero siguió como un jabato. Continuamos la ruta, que la verdad, estaba siendo dura pero a la vez preciosa. Tenía de todo: subidas duras, técnicas, trialeras… Lo estábamos pasando muy bien. Todos menos Duque, que tenía un dolor en la parte de atrás de la rodilla que no le dejaba disfrutar todo lo que él quisiera. Tan poco, que al llegar al kilómetro 42, cuando ya habíamos pasado lo más duro sobre el papel, no pudo más y con mucho dolor le tocó retirarse y dejarnos solos.

En ese momento íbamos los últimos, y de hecho íbamos 9 minutos fuera de control. Pero después de preguntarnos por nuestro estado físico y decir que estábamos más o menos bien, nos dejaron continuar al siguiente avituallamiento. Al llegar a él, ya íbamos con 20 minutos de adelanto y ya no íbamos los últimos. La verdad que cuando ya llevámos 60 kilómetros, el cansancio empezaba a notarse mucho pero había que terminar como fuera.

Al llegar al último avituallamiento, km 72,  preguntaba todo el mundo que si quedaban muchas subidas hasta riaza, a lo cual respondían que sí que era un poco para arriba pero muy muy suave. Pero cuando llevas 72 kilómetros en las piernas, la subida se hizo muy muy larga y dura. Pero esta vez sí sería la última aunque al final hubo otra más dura para subir al pueblo de Riaza. Esta vez por carretera. Ya se veía el fin. Al final la llegada a la línea de meta, el cansancio se transforma en el dulce sabor de que habíamos sido capaces y habíamos terminado.

Saludos biciocios y espero que para la próxima vengáis alguno más, que merece la pena, os lo aseguro

Esta entrada fue escrita el sábado, 28 de mayo de 2011 a las 1:00 y archivada en Salidas mountainbike. Puedes seguir cualquier respuesta a esta entrada a través del feed RSS 2.0. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu propio sitio web.