domingo, 13 marzo 2011 Morata a Perales por camino de olivares

La verdad es que debido al “jaleo” que últimamente tengo, no pensaba salir este domingo con los biciocios. Todo cambió la misma mañana del domingo cuando me di cuenta de que era el cumpleaños de Carlos. Tenía que ir -aunque solamente fuera por “sacarle” unos vinos-, je, je

La noche anterior me había dado “un toque” al móvil para intentar animarme a salir con él y con Rebo -como en los viejos tiempos-, y le había dicho que no, que no podía salir porque tenía mucho curro.

Esa mañana -cosa rara, ya les estaba esperando yo en la GPC. Se habían retrasado porque habían tenido que cambiar las bicis de coche al decirles que les acompañaba. Lo siento, amigos. Es lo que tiene decidirse a última hora. Gracias.

Por el camino, y hablando de unas cosas y otras, nos enteramos de que J.Saro y Javi M40 también querían recorrer la Vía Verde. Otro biciocio de Arganda pensaba haber comparecido pero la noche toledana que su hija le había brindado hizo que no pudiera cumplir su anhelo. Otra vez será, JesúsA. Se te echó de menos por estos parajes, je, je. Un abrazo.

Al llegar a Morata vemos que ya estaban allí nuestros dos amigos. JSaro tiene un buen resfriado y a punto ha estado de no haber venido -sufriría sus consecuencias toda la mañana- JSaro, eres un campeón, sí señor.

Después de una breve indecisión sobre si iniciar la ruta por vía verde o arriesgarnos a rodar por caminos, optamos por esto último. Esto es mountainbike, ¿no? La verdad es que era arriesgarnos a enfangarnos puesto que iríamos, por lo menos hasta Perales de Tajuña, por umbría. Y ya se sabe que la tal umbría guarda la humedad y otras cosillas muy graciosas para rodar, je, je.

La decisión fue acertada. El suelo estaba estupendo, húmedo pero no encharcado. Se rodaba bien y el entorno es una maravilla. La vega del Tajuña guarda muchos secretos. Os animo a venir. Es una antigua zona de caza de nuestros antepasados y eso lo convierte en mágico. De veras.

Por el camino dejamos pasar a un grupo ciclista de Arganda. Al parecer JSaro conocía a uno de ellos. Rodaron juntos un momento y hablaron sobre nuestra equipación. Debió gustarles lo bien que nos quedaba, jajajajaja. Un saludo desde aquí, chavalotes. Ya nos veremos por esos caminos.

Yo llevaba un rato escuchando un ruido extraño en mis discos de freno. En principio lo achaqué a lo poco que últimamente estaba usando la bici, pero como persistía decidí parar y ver qué pasaba. El disco delantero iba frenado. ¡Lo que faltaba para mi estado físico! Ajustamos como pudimos y continuamos viaje.

Un poco más adelante volvimos a parar para hacernos una foto junto al río Tajuña y en esas estábamos cuando dos Quads nos pasaron velozmente y demasiado cerca ¡Menos mal que nos ha pillado parados y a un lado del camino! Al pasar salpican sobre un charco y temí que hubieran pintado de marrón a Javi M40 y a Rebo. No fue así por poco. El agua del charco había saltado, sí, pero hacia el otro lado. Menos mal, ¿no? Hubiérais salido muy guapos en las fotos, jajajajajaja Es broma, Rebo, que enseguida te picas, ¡hijo! Javi, tú ya sé que no comes ajos, jajajaja

Al llegar a Perales no sabemos muy bien para dónde “tirar”. Llevamos mirando los relojes todo el camino. No queremos pasarnos porque tenemos que estar temprano casi todos. Decidimos no subir la cuesta de las Cabrillas. En parte porque vienen nubes negras por el horizonte. Menos mal. Ya os contaré el porqué más tarde.

Decidimos continuar por un tramo de carretera para enlazar con la Vía Verde que sigue hasta Carabaña. Al llegar a ella tomamos el carril de vuelta a Perales. Rebo y Carlos quieren subir una conocida gran cuesta. Quieren despedir la salida sudados y con la sensación del deber cumplido. Yo no lo tengo claro. No voy bien, me cuesta seguirles. Aun así, consigo ir en el grupo.

Al llegar al pie de la cuesta veo que hay un banco de madera y decido quedarme abajo y revisar mejor la bici. Los demás comienzan la ascensión.

Doy la vuelta a la bici y la subo al banco para trabajar mejor en ella. Indefectiblemente está frenada. Suelto tornillos, aprieto maneta, y con ella apretada comienzo a girar de nuevo los tornillos. A ver si así… ¡Nada! Solamente consigo perder presión y que frene peor. Por lo demás, sigue frenada la muy…

Llega JSaro, que debido a su congestión no ha seguido subiendo con los otros tres. Me ayuda con la bici. La giramos y en el suelo comprobamos que la rueda trasera también va frenada ¡Así cualquiera!

Lo de la rueda trasera es peor. El disco no está centrado. Se ha montado mal dejando las dos pastillas a un lado ¿Pero… cómo es posible? ¿Cómo no me he dado cuenta de ello? ¿Iba así el día de la nieve en el río Moros? Ahora me explico mi “axfisie”. No solamente de ferritina vive el hombre, jajajajaja. Por un lado me alegro pero… Javi M40 me diría al final del día “Alberto, tú eres un poco “desastre”, jajajajaja. Para esto sí, amigo. Para esto sí, jajajajajaja. Lo mío no es el mantenimiento, no. En fin.

Lo “apaño”. Por lo menos centrando el disco en su sitio; aunque sigo frenado. Un para de “ajustitos” rápidos para que mis compis no se enfriaran y ¡ala, a seguir!

Al llegar de nuevo a Perales nos planteamos volver por el camino del río entre olivos o por la Vía Verde que apenas habíamos tocado. Lo último fue lo elegido -en parte por no quedarnos sin OCIO, je, je. Yo creo. Bueno y por que Carlos se “invitaba” hoy-. Eso sí, decidimos darnos un sprint hasta los coches.

Eso fue más fácil decirlo que hacerlo. Aunque se rueda bien por la vía acondicionada, nos tocaba subida hasta Morata y soplaba viento en contra. Bastante.

Viendo que me costaba seguir el ritmo que estaban imponiendo Rebo y Javi M40, JSaro se puso delante y tras su rueda conseguimos no quedarnos atrás. El esfuerzo me vendría muy bien para volver a ponerme en forma pero había que sufrir.

El sprint acabó junto a los coches. ¡Qué bien, teníamos tiempo para el OCIO! Ahora solamente había que estirar un poco y decidir el sitio.

Finalmente fue elegido el bar de “la calabaza”. El mismo donde JSaro celebró su boda. ¡Buen sitio! Para allá que nos vamos.

Tras un par de refrescos, algún vino blanco y otros tintos y algo de jamón y queso, nos despedimos hasta la próxima. Al final, como siempre, habíamos disfrutado del campo y de la compañia de buenos amigos.

Del resto “casi” no nos acordamos, je, je.

Salud, biciocios

Esta entrada fue escrita el miércoles, 16 de marzo de 2011 a las 1:48 y archivada en Salidas mountainbike. Puedes seguir cualquier respuesta a esta entrada a través del feed RSS 2.0. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu propio sitio web.