Añadido mapa de ruta al final de la crónica (Track cedido por Chili)

domingo, 15 agosto 2010 El Rincón, Venero Claro, Navaluenga y Burgohondo

Segundo fin de semana seguido que lo paso en Navaluenga.

Esta vez no he insistido a los biciocios para que vinieran desde Madrid, Guadalajara, Toledo, Almería, Málaga, Huelva, Cádiz y demás destinos vacionales, je, je. Esta vez he tenido el honor de pedalear con otros biciocios. Biciocios que ya se encontraban en Navaluenga.

A Pataca ya le conocéis algunos, pero a Mandri y a Chili, no. Son dos nuevos biciocios. Os los presentaré: Mandri, es cuñado de Pataca. Y Chili, es cuñado de Mandri. A Mandri y a Pataca no les veremos demasiado porque tienen mucho vicio con las carreras de atletismo, pero a Chili, que por cierto vive en Cobeña, sí que le veremos bastante. También tiene “vicio”, pero de bici, je, je. Bienvenidos.

La cosa es que no teníamos muy claro la ruta a seguir para el domingo. Como de costumbre, habíamos trasnochado un poco y a la mañana siguiente, ya tarde, sonó mi teléfono móvil. Era Pataca que había decidido actuar de despertador porque eran ya las diez de la mañana y allí no aparecía nadie. Digo allí porque nuestras viviendas de fin de semana dan pared con pared y todas tienen acceso a una zona común que dá a la ribera del río Alberche, que es desde donde solemos salir. Pues bien… ¡Mira qué horas llevábamos!, jajajajajaja

Empezamos a asomar el “hocico” tímidamente. Menos mal que la temperatura había bajado el día anterior y no hacía demasiado calor. Aún así yo tenía una sed tremenda. ¡Con lo que había bebido el día enterior y la sed que volvía a tener hoy!, jajajajaja.

Ahora en serio. Dí los buenos días a Pataca y me presentó a Chili, cuñado de su cuñado. Allí estaba con su flamante nueva Scott Sparc 35 de carbono y doble suspensión. Una maravilla de máquina y además “corporativa”. Va pintada con verde biciocio, negro y blanco. La bici le hará juego con la futura equipación que vestirá. Sí, señor.

Mientras Mandri terminaba de prepararse, Chili le estaba arreglando un pinchazo que al parecer había sufrido el día anterior y ahora era cuando se había hecho aparente. Mientras, mi nuevo compañero de pedaleo me comentaba que antes vivía en Alcalá y salía por el parque natural y ahora lo hacía por Cobeña. Lugar actual donde reside. -Ya nos enseñará alguna ruta por esa zona-. Además, lleva un flamante GPS Garmin Edge 705 como el de JA. -¡Qué bien, vamos modernizándonos, je, je- Me dijo que me pasaría el track del recorrido que íbamos a hacer. Ya lo veréis puesto.

Comenzamos a pedalear finalmente a las 11:00. Rápidamente y sobre la marcha decidimos cruzar el río por el puente del albergue y subir hasta el colegio de Venero Claro. Allí volveríamos a cruzar otro puente, pero esta vez sobre uno de los arroyos que bajan de la Sierra del Valle (2.400 mts.) y que “alimentan” al río Alberche, el arroyo Cabrera.

Pasamos a la altura de la indicación de Gr-10, que ya conoceréis cuando hagamos la ruta del valle de Iruelas y continuamos subiendo hasta el Colegio Venero Claro (ver foto) Aquí giramos a la derecha, pasamos el puente y nada más terminar de cruzarle, volvemos a girar a la derecha. Desde aquí hasta el “Puente Nuevo” en Burgohondo (ver en GoogleMaps), seguiríamos por esta margen del río Alberche.

Al llegar a dicho puente pararíamos para refrescarnos un poco en uno de sus chiringuitos y nos haríamos una foto. El amable caballero que estaba detrás de la barra se brindó para inmortalizar, con la cámara de mi móvil, tal evento.

Proseguimos. Ahora queda recorrer como un par de kilómetros por asfalto hasta encontrar un camino a nuestra derecha. Nos dirigimos a Navaluenga por el otro lado del río. No hay nada que comentar de relevancia en este tramo excepto una zona muy arenosa que pueda hacernos perder el equilibrio. Extremar las precauciones.

Llegamos a Navaluenga. A pesar de apetecernos un nuevo refrigerio, decidimos atravesar el pueblo y salir por la dehesa junto al río hacia El Rincón, nuestro lugar de destino. Ya hacía bastante calor cuando llegamos. Creo recordar que era la una del mediodía. Las chicas nos esperaban con unas mesitas montadas a la sombra al lado del río y tenían preparado el aperitivo. Así dá gusto, ¿no?

“Refrescamos” un poco las bicis porque venían bastante polvorientas y de paso nos afanamos en despegar buena parte de lo acumulado durante años en la bici de Mandri, jajajajaja De allí salía de todo. No me extraña que no le fuera bien el cambio ¡Si casi iba soldado!, jajajajaja Buen rollito, ¿eh?

Tras la ducha de rigor, nos acomodamos a la sombra y degustamos las viandas preparadas acompañadas de varias cervecitas fresquitas. Había Mahou verde y Mahou roja, creo recordar, je, je.

Una mañana estupenda por mi pueblo adoptivo y en muy buena compañía. Encantado de conocerte Chili, ya nos veremos. (Podéis apreciar su nueva Scott entre las pocas fotos que hicimos) A Pataca y a Mandri qué decirles… lo de siempre, que dejen de correr un poco y se vengan algún día con nosotros a hacer mountain bike por la sierra. Espero contar con vosotros cuando hagamos la del valle de Iruelas, ¿eh? Seguro que nos juntaremos un buen grupo.

Salud, biciocios

PD: Recordad que la ruta del Valle de Iruelas hay que hacerla antes del 15 de octubre.

Os dejo aquí el track (grabado por Chili) de la ruta “subida” a wikiloc:

Esta entrada fue escrita el martes, 17 de agosto de 2010 a las 2:22 y archivada en Salidas mountainbike. Puedes seguir cualquier respuesta a esta entrada a través del feed RSS 2.0. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu propio sitio web.