Salida mountain bike por el Cañón del río Guadalix
Escrito por: Alberto en Salidas mountainbikedomingo, 12 septiembre 2010 Cañón del río Guadalix San Agustín de Guadalix |
Este iba a ser el día de la vuelta de vacaciones de varios biciocios.
Contando con mi cuñado Floren, de Orellana la Vieja, que nos acompañaba por primera vez, fuimos finalmente 13 los biciocios que nos dimos cita en el km. 24 de la N-I para realizar la ruta del Cañón del río Guadalix.
Se suponía que la ruta iba a ser “suave” y bonita a la par. Eso era lo que ponía en la descripción de la ruta colgada de la Web. Finalmente salió una ruta “medianita”, donde mi cuñado estuvo a la altura a pesar de salir por vez primera con los biciocios y no montar habitualmente en bici.
¡Bravo, Floren! Queremos verte más veces, ¿eh?
En la gasolinera del km. 24 decidimos no desayunar ahí -por los “palos” que dan- y buscar por San Agustín de Guadalix otro sitio. Tomo la delantera de la fila de coches y, guiado un poco por mi “olfato” y otro poco por el mapa de la ruta que había visto el día anterior, hago que me sigan por el centro de San Agustín. Recordaba que el inicio de la ruta se realizaba desde cerca de la plaza de toros y de que ésta “pillaba” a la izquierda de la antigua carretera Madrid-Irún. No me falló mi orientación y llegamos a una zona donde pudimos aparcar todos y encima enfrente de una cafetería. ¡Olé!
Con todos los que íbamos, llenamos prácticamente el bar. “El Jinete” se llamaba, creo. A ver… dos cortados, cuatro o cinco con leche, dos o tres colacaos, uno sólo con hielo, uno que nada, una copa de “castellana” con hielo… ¿UNA COPA DE CASTELLANA? ¿Quién ha pedido eso? ¿Mi cuñado? ¡Estos encofradores!, jajajajaja
Terminado el “cafelito”, nos liamos con los preparativos. Parece que no hay muchas ganas de empezar a dar pedales. Las bromas van y vienen, jajaja.
Por fin comenzamos la ruta. Sería JA el que nos haría de guía toda la mañana; pues es él, el único que lleva su gps con el track cargado.
Pasamos por una zona donde están montando un mercadillo y tras dejar atrás los tenderetes, comenzamos a rodar por camino. De momento liso y llano pero tras unos cientos de metros el gps nos dice que debemos “escalar” una fuerte cuesta.
Tras la fuerte pendiente comenzamos a preguntarnos si JA ha cargado la ruta suave o la otra, la más complicada, je, je. Mi cuñado ha venido porque la ruta prometía ser suave y esta primera gran cuesta hacía que me preocupara un poco por él.
Tras una bajada y teniendo enfrente uno de los acueductos del Canal de Isabel II, creo que era el de La Sima, por sus ocho arcos, Javi spinning sufre un pinchazo. Algunos continuamos un pequeño trecho hasta pararnos, pues íbamos un poco por delante y otros se quedaron junto a él para ayudarle. Hacemos algunas fotos y Sierra se pone a “toquetear” la presión de su horquilla. De repente: pssssss, aire que sale y se queda sin presión. Hay que bloquear porque así no puede ir. A la mínima presión, la horquilla se queda abajo. De esta guisa, proseguimos todos subiendo cuando llegan a nuestra altura los del pinchazo. Melár, mientras tanto, se había adelantado y nos hizo algunas fotos a los que íbamos llegando. Estábamos en un cruce de caminos y se hacía necesario esperar a que el gps de JA nos indicara la dirección a seguir. Tras orientarnos, seguimos.
Después de subir otra cuesta, llegamos a unas antenas de repetidor. Paramos de nuevo para ver la forma de meterle presión a la horquilla de Sierra. Hay que hacer algo porque así no puede ir. JA pregunta si alguien lleva alguna bombona de aire. Carlos dice que tiene una, pero se comprueba que está “pasada”. De repente Rebo que va y encuentra una entre sus cosas ¡menos mal! No sé qué hubiera pasado de no haber llevado Rebo una, porque entre todos los que estábamos, no llevábamos nadie más. ¡Bravo Rebo, hombre precavido vale por dos! Ya no éramos trece, je, je.
Después de usar la bombona para la horquilla de Sierra, la usamos para la rueda de Javi spinning y para la mía. Mientras tanto Aguilera recibe una llamada. Esto es un desastre, llevamos casi una hora y hemos recorrido solamente unos seis kilómetros ¡Auténtico ritmo biciocio, sí señor!, jajajajaja. Continuamos finalmente. Casi al final de la ruta veríamos, desde enfrente, al otro lado del cañón, esta misma antena repetidor.
Tras un rato hay que parar de nuevo para orientarnos con el gps de JA. Melár y Hervás que empiezan a decir, uno detrás de otro: “me aburro”, “me aburro” ¡Vaya par de gansos!, jajajajaja. Seguimos.
Ahora estamos rodeados de bosque mediterráneo. Un denso tapiz de encinas y enebros nos rodea. Podemos contemplar dos tipos de encinares en función del suelo en el que se desarrollan. En suelos silíceos, crece un sotobosque de jaras, tomillo y retamas, mientras que en terrenos calizos, más ricos en especies vegetales, florece la cascoja, el romero y el espino negro.
Nos agrupamos en una puerta. De esas con rejilla en el suelo para que no pasen los animales y alguno hace “de las suyas” poniendo las bicis atravesadas, jajajaja. Alguna foto hay que lo demuestra. Proseguimos.
Nada más cruzar una carretera, nos encontramos con una valla donde JA está esperando que pasemos todos para cerrarla. ¡Bravo, José Ángel! Seguimos. Llegamos a otra valla. Tenemos que pasar las bicis por encima. Unos a este lado de la barrera y los demás al otro. Vamos pasando las bicis. Mientras, algunos se hacen fotos con un gracioso dinosaurio naranja que estaba encima de una piedra, jajajaja. Así me gusta, que todavía os quede algo de Peter Pan debajo de ese verde biciocio.
Al pasar por encima de la presa del embalse de Pedrezuela (o del Vellón), paramos. Nos asomamos al embalse y contemplamos al fondo, en la sierra, el Pico de la Miel de la Sierra de la Cabrera (Madrid). Pedimos a un corredor, que cruzaba delante de nosotros en esos momentos, que por favor nos hiciera una foto de grupo. Al agruparnos, se oía la voz de Hervás sobre que no le sacara gordo. Y la de alguien -no recuerdo quién-, sobre que su lado bueno era este o… este otro, jajajaja. Seguimos.
Un tramo de carretera en llano hace que circulemos rápido, pero enseguida JA da la voz de alarma. Hay que parar. El gps indica que hay que subir por una cuesta que se nos ha quedado algo atrás. Bueno, subir es decir algo, “escalar” más bien. Es corta pero como una pared. Estábamos parados ante la cuesta, cuando Sierra encuentra una pelota de tenis y la lanza contra alguien, creo que a Huerfa. La pelota cae. Sierra y yo vemos cómo Huerfa la recoge, seguramente urdiendo alguna “trastada”, jajajaja. Iniciamos el ascenso ¡Ala, para arriba!
Al llegar arriba y como por arte de magia, la pelota, que está de nuevo en manos de Sierra, la lanza contra Huerfa que viene subiendo. -Hay un vídeo de ese momento-. Huerfa intenta darle una patada según llega por el aire pero el pedal automático se lo impide, jajajaja.
Ahora llegamos a Pedrezuela. Nos espera una fuerte pendiente hasta llegar a la plaza al lado de su iglesia parroquial dedicada a San Miguel.
Al llegar a la plaza vemos a otros ciclistas que salen de ella en esos momentos. Uno de ellos que, de broma, dice que la próxima vez se viene con nosotros, que con sus compañeros ya no vuelve a ir ¡Cachondo! Decidimos tomarnos un refresco en un restaurente especializado en cabrito asado. Sierra se “empapará” plenamente de la información sobre el establecimiento ¡Tragaldabas! -Mitología castellana-, jajajajaja.
Tras “refrescarnos” con lo que a cada uno le plugo, continuamos la marcha. Nos “arremolinamos” en una zona sombreada de la plaza cuando… Nos damos cuenta de que falta JA. Ha debido continuar la ruta y no nos hemos enterado. Montamos en las bicis y alguien indica el sitio por donde le ha visto bajar. Nos dirigimos hacia ese lugar y al “asomarnos”, vemos que una escalera nos espera, jajajaja. El “jodío” nos estaba esperando cámara en mano para hacer un vídeo de las distintas “bajadas”. Podréis ver el vídeo cuando lo tenga “subido”.
Salimos del pueblo y tras pasar por delante de una zona de chalé, tomamos, a la derecha, un camino que enseguida comienza a bajar. Dicho camino va complicándose cada vez más. Comienza a tener cada vez más piedras sueltas y mayores según vamos descendiendo. El último tramo final es prácticamente un torrente de piedras. El camino se convierte en rápida trialera. En su tramo final se produce un pequeño accidente. Javi spinning sufre una caída sin consecuencias. No ha pasado nada, menos mal. La zona estaba muy sombreada y apenas se veían las grandes piedras de punta que sembraban este tramo.
En este punto y antes de adentrarnos por la senda del cañón, nos hacemos una foto de grupo junto a un cartel del “Canal”. Continuamos. Ahora hay que descender un tramo para enseguida iniciar, de uno en uno, el recorrido por una senda con el cañón del río Guadalix abajo. Nos cruzaríamos con algunos senderistas y con un ciclista de frente.
Tras pasar la senda sobre el cañón, llegamos a una zona de bosque de ribera con una divertida senda, bastante cerrada, entre árboles y arbustos. Seguimos avanzando de uno en uno. Hay una zona de baño, se oyen voces de gente bañándose. No puedo mirar. Desviar la mirada del trazado sería una temeridad. En esas estaba cuando un insecto grande me golpea el ojo derecho por debajo de las gafas. ¡Vaya, hombre, con lo que me estaba divirtiendo en esta senda! En fin. Nos agrupamos al terminar la senda y enfilamos por un tramo de carretera que nos llevará a San Agustín. Nos quedaba una larga cuesta para alcanzar la zona del “mercadillo”, cerca de donde habíamos dejado los coches.
Finalmente la ruta había demostrando ser más dura de lo descrito. Toda la mañana con “sube bajas”, una bajada peligrosa y con tanta piedra que parecía una rápida trialera, un sendero al borde de un barranco con algún tramo técnico y una rápida senda entre árboles al lado del río. Y encima, para finalizar, una cuesta de las pesadas, ya de nuevo en San Agustín.
Lo bueno es que habíamos disfrutado otra mañana en compañía de amigos, disfrutando de la naturaleza, haciendo deporte y llegábamos todos sin percances. Ahora tocaba esa parte de nuestro logotipo: OCIO, je, je.
Debido a la hora, hubo quien no se quedó a las cervecitas. Alguno tenía gente a comer, otros habían quedado para tomar el aperitivo en otro sitio y otros tenían prisa por llegar a ver la salida de F1. La cosa es que los que nos quedamos, nos tomamos un par de jarritas en “El Jinete” a la salud de todos.
¡Hasta la próxima!
16 septiembre 2010 a las 13:07
Hola Javi S , espero que no haya sido nada , !si es que no te puedo dejar solo! je,je,je , me alegro de verte por estos lares , y bueno que tienes el apodo de spinning que pasa… nos vemos . Alber buena crónica.
16 septiembre 2010 a las 15:52
Buena crónica, webmaster. Te sabes hasta los tipos de encinas que vimos friki!!!!!!!!!!
16 septiembre 2010 a las 19:45
Coño Alberto no sabía que tu eras el guionista de la serie JARA Y SEDAL, te has salido con lo de las encinas y los matorrales ¿ o no va a ser que eres familia del padre Mundina? , “mu buen relatao sesque teneis mu güena pluma”.
Perdonarme pero lo mejor del dia fue la salida del TOSTAO en la primera curva¡¡¡¡¡VIVA MASA!!!!.
Nos vemos el domingo.
Huerfanaco, buscando las pelucas que no las encuentra.