Recuerdo con añoranza aquellos tiempos en que la sola mención de la palabra Pedriza, movía mares y montañas dentro de los Biciocios. Era la route fetiche. Esa que nadie se quería perder. El buque insignia. La gente acudía a la convocatoria aunque tuviera que llevar a su suegra a cuestas. Por desgracia, esos días han quedado atrás y la Pedriza ha pasado a formar parte del grupo de rutas más del montón. De esas rutas que no trasmiten, en las que solo escuchar el nombre no hace que se erice el bello de los brazos. Para eso ha quedado la Pedriza, olvidada en un rincón esperando recuperar algún día su antiguo esplendor y llenarse de Bicocios portando la bandera en sus cimas.
Aunque en un principio la convocatoria prometía, con el webmaster retomando los pedales. Todo quedó en una cita más. Al final el webmaster no pudo acercarse por que el resto de integrantes del comando Torrejón miraban al techo a la vez que silbaban cuando escucharon la convocatoria. El grupo de Móstoles que prometía ser numeroso se deshincho cuan estómago de gorda expeliendo flatulencias. Y a Javilitro le tumbó el último litro de la noche.